Tal vez alguna vez te hayas preguntado qué es el líquido refrigerante y por qué es tan importante para el buen funcionamiento del vehículo… y lo cierto es que es una pregunta bastante normal, porque estamos ante uno de esos grandes olvidados del automóvil. Y es que, para empezar, sus múltiples nombres pueden dar lugar a confusión: nos podemos referir a él como líquido refrigerante, pero también como líquido anticongelante.
Todo el mundo tiene claro que sin combustible el coche no funciona, que el aceite es como la sangre del motor, e incluso que si no echamos líquido en el depósito del limpiaparabrisas no podremos limpiar el cristal delantero. Pero el líquido refrigerante es mucho menos conocido, y lo cierto es que su nivel de importancia es el mismo que el del propio aceite. Hoy en QUADIS select trataremos de explicarte por qué.
Para empezar, ¿qué es el líquido refrigerante?

Si estamos ante un líquido que se llama indistintamente refrigerante y anticongelante es, simplemente, porque sirve para las dos cosas. Lo primero que hay que tener en cuenta es que los motores de combustión, como su propio nombre indica, requieren de una combustión para funcionar. Y esta combustión provoca mucho calor que hay que disipar de alguna forma.
De hacerlo se encarga el líquido refrigerante, que mediante un circuito que recorre todo el motor va absorbiendo ese calor y lo disipa para evitar problemas mecánicos tales como autodetonaciones del combustible o incluso que se rompan piezas del motor. Además, también se encarga de evitar la corrosión y la congelación de los elementos mecánicos del coche (de ahí que también se llame anticongelante).

Tanto si se encarga de absorber el calor de evitar la congelación, la misión principal del líquido refrigerante es la de mantener estable la temperatura de funcionamiento del motor. Sí, ese iconito con la temperatura del agua que tiene una aguja muy similar a la de la gasolina… esa es. Normalmente debe situarse en el centro, a unos 90ºC.
¿Qué tipos de líquidos refrigerantes hay?
Podría ser todo tan fácil como elegir el único líquido refrigerante del mercado, ponérselo al coche y ya, ¿no? Bueno, eso sería ideal pero como casi todo en mecánica, no es tan sencillo. Del mismo modo que existen diversos tipos de climas, temperaturas extremas y motores, también existen diferentes tipos de líquidos refrigerantes.
De entrada, lo primero que te habrá llamado la atención es que pueden ser de varios colores. En efecto, están disponibles en color verde, amarillo, naranja, rosa o azul. Bien, esto sirve para poder identificarlo rápidamente en caso de producirse una fuga, ya que en ese caso habrá que actuar con rapidez si no queremos sufrir una avería mayor. Además, los colores también indican su nivel de eficiencia.

Así pues, para saber qué tipos de líquidos refrigerantes hay habrá que fijarse en las etiquetas del producto. Pueden ser G11, G12, G12+, G12++ y G13. Y cada uno de ellos indica un tipo de características distintas que permiten su utilización en climas muy diversos. Los principales son los siguientes:
- Líquidos refrigerantes orgánicos: Están formados por etilenglicol (que hace la función de anticongelante) y agua destilada para evitar la corrosión. En comparación con el resto de líquidos refrigerantes los orgánicos destacan por ser biodegradables, durar muchos kilómetros, generar menos depósitos sólidos en el interior del circuito de refrigeración y ofrecer un punto de ebullición muy alto.
- Líquidos refrigerantes inorgánicos: Son muy similares a los anteriores, pero en este caso utilizan silicatos que, a la larga, pueden provocar averías en el sistema de refrigeración. En general son peores que los anteriores porque duran menos, contaminan más el medio ambiente y no son tan eficaces contra la corrosión.
- Líquidos refrigerantes híbridos: como su nombre indica, son una mezcla de los dos anteriores. Básicamente están también compuestos por etilenglicol, glicerina y aditivos, así como antiespumantes y anticalcáreos. Este producto específico puede usarse sin problema, pero jamás debemos mezclar nosotros un líquido orgánico y otro inorgánico… si no queremos sufrir importantes averías.
- Líquidos refrigerantes anticorrosivos: se trata de un refrigerante que centra su acción en evitar la corrosión, ofreciéndose en una escala muy completa de acción contra el óxido. Por su composición, ofrece un punto de ebullición muy elevado y previene la congelación en invierno.
¿Qué líquido refrigerante necesito?
Si antes de empezar a leer te preguntabas qué es el líquido refrigerante puede que ahora ya sepas qué es… pero no cuál necesitas. Pues bien, esta pregunta es sencilla de responder: el que recomiende el fabricante. No conviene experimentar en este tipo de cosas, por lo que hay que optar siempre por el tipo de líquido anticongelante que mejor se adapte a nuestro motor.

El vaso de expansión del líquido refrigerante suele ser de un color blanquecino y permite ver a través suyo el nivel del líquido. Es muy importante medirlo siempre en frío y que se encuentre en los valores que recomienda el fabricante. Por otra parte, cuando el coche esté caliente JAMÁS debemos abrir el tapón… o sufriremos graves quemaduras.
Finalmente, si te estás preguntando cada cuánto hay que cambiar el líquido refrigerante… pues lo de siempre, cuando lo recomiende la marca. Aunque lo más habitual es hacerlo cada 40.000 kilómetros. Y si en algún momento tienes que rellenar el líquido, asegúrate de que sea exactamente el mismo que el que tenías anteriormente.
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